miércoles, 5 de diciembre de 2007

CUENTO: CARTA A UNA AMA DE CASA

Por Elena Morado

@Elena6Morado

REMITENTE: Samuel Cruz Rosas
DESTINARIO: La señora María del Cruz.
DESTINO: Muy cerca del cielo Sin número, avenida Jardín del Recuerdo, Colonia Aire 21, Código Postal 1111, a un costado del Metro Paraíso. Para llegar sólo es necesario recordar y cerrar los ojos.

Querida señora:

Antes que otra cosa, permítame extender mi escrito para agradecerle todo el tiempo que estuvo conmigo desde que yo era una indefensa criatura y no sabía ni siquiera pronunciar correctamente un maldito monosílabo. Recuerdo cómo sus manos se apiadaban de este pequeño bulto cubierto de cobijas, sarapes, sábanas y cobertores. Además, irremediablemente se me atraviesa por la memoria el fabuloso almuerzo que usted me preparaba: pan y galletas dotadas de zanahoria picada, lechuga fresca o un emparedado de jamón con queso, según mis exigencias dietéticas.

Sé que no es debido escribir este fiel recordatorio frente a su sagrada tumba, pero esta vez quiero que compartamos la añoranza que por hoy nos une: usted me extraña, yo la necesito. Cuando era apenas un niño de unos 10 años, quizás, me apenaba tener que jugar con mis amigos, mientras usted se metía a la cocina y no dejaba de limpiar los pisos y tallar las paredes.

Pero basta de momentos de antaño. Hoy soy un hombre felizmente casado con una esposa que viaja constantemente y que no quiere tener hijos. Detesto a los niños, aunque mi suegra me mire con recelo porque cree que ando con otra mujer y no quiero formalidades ¡Mujer tenía que ser! Señora mía, déjeme decirle que estoy acompañado porque creo que con mi sola presencia puedo cambiar a mi mujer, porque detesto que trabaje y tenga un carácter de ogro. Sé que la haré cambiar... y no me importa cómo.

En esta noche no puedo dormir, así que decidí aventurarme a este lugar lúgubre y lleno de cadáveres. Me arrodillo ante usted, señora, porque quiero pedirle que regrese, que la extraño porque desde que murió, me urge su compañía para que lave mi ropa, para que limpie mis trastos y recoja mi desorden. La necesito para que yo pueda seguir disfrutando mi soltería y de mis aventuras. No quiero a una mujer ajena que limpie el caos de mi apartamento, sino a mi señora que todo lo hace bien, que siempre se callaba cuando mi padre la bofeteaba y que siempre me dijo que la mujer nació para atender a su marido y no salir de casa, mientras que yo debía de conseguir dinero y tener la autoridad en mi familia: Es mejor que te tengan miedo a que la gente te mire con desdén, así me decías, señora.

¿Sabes, madre? En este mes se cumplen 15 años de tu fallecimiento, y siento como si te hubiera perdido el día ayer. Probablemente hoy llegue a casa, observe con detenimiento el quehacer que me aterroriza y ubique mi dependencia hacia ti. Parece que fue algo que te hacia sentir orgullosa de mí.

Hace algunos días pensaba en ir contigo porque demandaba dulzura y perfección, pero ahora me gustaría que mi mujer sea educada por tu mano obediente, activa y tu carácter débil y manso ¡Acéptala! No te estoy preguntado, madre, quiero que la regañes y le muestres lo sumisa que debe ser conmigo. Necesito camisas planchadas, comida caliente en la mesa, recámaras lustrosas, simplemente te necesito, señora. Ojalá puedas oír estas peticiones donde quiera que estés, porque mañana mismo mi mujer estará contigo, yo me encargaré de eso....suelo ser agresivo y no mido las consecuencias.

Madre, señora y sirvienta, ya va amaneciendo. Mi mujer llegará agotada a casa, y sé que no me consentirá ni me servirá como lo hiciste tú, y ahora te necesito más porque hay montañas de ropa maloliente que lavar ¿Estarás escuchando u obedeciendo a los ángeles? Más te vale escucharme porque si no, quien te estará insultando y mortificándote con sus reglas y órdenes seré yo mismo desde el infierno.

Atte: Tu hijo, Samuel Cruz Rosas.

No hay comentarios:

HISTORIAS MUSICALIZADAS QUE SE NARRAN CON RITMO PARTE 1

  Por Elena Morado. Cuántas veces no tarareamos canciones e imitamos la voz de nuestro cantante favorito porque encontramos algo contagios...