domingo, 26 de mayo de 2019

OPINIÓN: EL ACOSO SEXUAL EN OPINIÓN DE QUIEN LO SUFRE.


Por Elena Morado

@Elena6Morado

Es bien conocido y usado el acoso u hostigamiento a la mujer (no hablaré de ello) sino de las respuestas que han surgido en mí a partir de comentarios de cibernautas masculinos que se han popularizado por el hecho de obtener cientos de “Me gusta” en Facebook. Y es que, la mayoría de quienes justifican y minimizan el acoso lo hacen desde su masculinidad (imaginando o fingiendo ser la víctima, pero muy pocas y contadas veces lo han vivido). Recordemos que las féminas (siendo aún niñas) lo padecemos a diario con vestido, pijama, pantalón, con o sin maquillaje, en temporadas de frío o calor, de noche o de día, solas o acompañadas ¡¡En todo momento!! Incluso, ya con tanto miedo e incomodidad encima (no es costumbre), nos anticipamos: Este vestido no podré usarlo hoy porque pasaré por donde hay montones de viejos que me molestarán, no podré vestir pantalones cortos, aunque tenga mucho calor, porque mis piernas estarán al descubierto y seré invadida por decenas de desconocidos que me abordarán con señalamientos hacia mi cuerpo.


Es por ello que decidí argumentar algunos de los comentarios más absurdos, injustos y populares que he leído ¿Los autores? Usuarios de Facebook en videos sobre víctimas de acoso sexual en cualquier parte del planeta. Empecemos:


1) Las mujeres se quejan del acoso de los feos porque si viene de un hombre guapo ellas le llaman “halago”: Este comentario es tan injusto sobre todo porque considera a la mujer a ser obligada a no decidir si desea o no continuar con aquel incómodo momento. Y es que los hombres acosadores son los únicos que creen que tienen derecho a elegir (deciden molestar a quien les parece atractivas y les gusta ¿no?) ¿Por qué la mujer no puede decidir si quiere agradecer o no a quien tuvo la iniciativa de llamar su atención?

Debo agregar que, la mayoría de acosadores, son tan cobardes que cuando te dicen algo lo hacen rápido para después ocultarse ¿En qué momento podríamos ver las mujeres si éste “valiente caballero” es guapo o feo? Creo que nunca.

Reafirmo los hombres acosan a cualquier mujer sin importar cómo vaya vestida, su posición económica o edad (Pareciera que los acosadores no tienen control de calidad ¿Por qué les molesta a éstos que las mujeres sí podamos seleccionar a quien nos gusta y a quien no? Y es que ahora hasta somos culpables de disminuir su autoestima. Otra vez les aterra que la mujer tome el control de la situación, siendo que para nosotras no habría algo erróneo en coquetear con un guapo (Después de tantas injusticias y humillaciones que padecemos) ¿Qué hay de malo que quiera corresponderle a un hombre que me gusta’ Finalmente, él tuvo la iniciativa de hablarme ¿O no? 

2) Si a todas las mujeres “molestamos” deberían estar agradecidas: Tan sólo quienes defienden o justifican el acoso deberían hacer memoria ¿Cuántas veces UNA MUJER los ha incomodado? ¿Cuándo UNA MUJER les ha faltado al respeto? Seguramente no es a diario, seguramente se reduce al sustantivo “MUJER” (¡sí, en singular!); mientras que nosotras los señalamos en plural: ACOSADORES. ¿Cuántas denuncias hay como evidencia de que las mujeres vamos más allá del acoso? ¿Cuántas mujeres han violado a un hombre? ¿Cuántas chicas han bajado los pantalones a un chico mientras camina en una zona pública a la luz del día? Y es que leo sin cesar comentarios de cibernautas masculinos que se quejan de su vulnerabilidad, pero ¿Qué hacen al respecto? Yo no veo que marchen, protesten o sean noticia por responderle o decir ¡NO! a quien los incomoda o maltrata.


3) ¡Qué ingenioso que graben las piernas y nalgas de las mujeres para un sitio web! Pareciera que el acoso es una competencia, en la que obviamente para muchos hombres la mujer no puede ganar. Ahora el molestar a una desconocida en la calle requiere de “habilidad”, “inteligencia” y “gracia”. Como mujer no basta con elegir lo que llevarás a la calle, sino que debes PROTEGERTE al subir escaleras, CUIDARTE el trasero si te agachas porque no falta el cobarde que lo toca con su mano, simplemente debes estar lista para APOYARTE y DEFENDERTE (verbos reflexivos). No nos queda de otra: Contar con habilidad para defendernos a mordidas y golpes si quieren violarnos; ser más inteligente que el que desea acabar con tu vida y tomar con seriedad el asunto porque nos están matando. 


La próxima vez que desprecies a una mujer porque ella acepta que agradeció un halago de un atractivo desconocido, te invito a reflexionar: Hay hombres que desprecian a una mujer hasta matarla. No importa cómo una mujer muestre su gratitud a un extraño (con un beso, una caricia o una palabra) ¡¡ELLAS NO MATAN!! 


CRÓNICA: UN DÍA TRÁJIJIJICO


Por Elena Morado

@Elena6Morado

Mejor no hubiera salido de casa. Sin embargo, las ganas de sentirse sola por primera vez le ocasionaban insomnio debido a la ansiedad, pues ¿Qué hay de aterrador que una mujer viaje sola? No iría tan lejos.

Desde hace 3 días las maletas estaban hechas, bien cerradas y puestas en la entrada de la casa. La reservación del hotel confirmada hace una semana y el itinerario muy bien elaborado: sitios para bailar, beber y charlar con hombres atractivos ¡¡Un viaje de locura!!  Sin embargo, no estaba dentro de sus planes las siguientes anécdotas, de las cuales, afortunadamente, sobrevivió.

Primero: Rumbo a su destino turístico, nuestra protagonista recibe una llamada telefónica del hotel:
Voz telefónica: - Señorita, no podrá alojarse los 3 días; sólo 2. Ya que no tendremos agua, pero con gusto podremos recomendarle otro hotel.

Víctima: -Está bien. Gracias por avisarme. Nos vemos en un par de horas.

La víctima llega a las 6 al hotel. Toca la puerta, pero no abren; llama por teléfono, y no obtiene respuesta. Pasan cerca de 15 minutos y, afortunadamente, la responsable del hotel la miró desde la cámara de seguridad y se percató de que era un huésped. Un caso de suerte, antes que de anocheciera en un sitio desconocido.



Segundo: La mujer, víctima de la desdicha, sale en plena oscuridad en búsqueda de alimentos para cenar y, al día siguiente desayunar. Camina con precaución al cruzar la calle, pues los autos son rápidos y las calles oscuras. Se siente a salvo al cruzar y llegar a la banqueta, pero hay una cadena que ella no ha visto y con la cual tropieza. Fue una caída en la que, la víctima, sólo pensó: ¡Ya viene el dolor! (Mientras veía que su rostro se iba a la desdicha). ¿El resultado? Una fractura dental, sangre en mejillas, boca y rodillas. Además, de una hinchazón que simulaba la introducción de colágeno con jeringa.

Tercero: Ella, muy crédula, pensó que de vuelta al hotel estaría segura porque bastaría con limpiarse la herida y respirar profundo para empezar un nuevo día (¡Qué optimista!). Alguien la incomodaría hasta provocarle insomnio y unas ganas tremendas de gritar a los 4 vientos ¡¡¡SOCORRO!!! Resulta, al momento de ser despedida del hotel, se muda en una segunda opción en donde las cucarachas grandes y ruidosas eran las huéspedes con más antigüedad y con mayores privilegios porque estaban en la cama, lavabo, entre las sábanas y almohadas ¡SIN PAGAR!

Cuarto: Creo que no era mi día: Un día antes de partir de Cuernavaca, al despertar y creer que un nuevo día trae nuevos momentos (¡A empezar de cero!) levanto la cabeza y hay un día soleado con una brisa satisfactoria, me siento tan liviana que dejo caer mi cuerpo como señal de despreocupación y ¡PUM! La cabecera es de piedra ¡Recibí tremendo golpe! Parecía lobo aullando (y no precisamente a la luna); sino a las estrellas bailarinas alrededor de mí por el tremendo porrazo. Ansiosa de llegar a mi casa (esa no me tratará mal o, al menos, tendré menos probabilidad de herirme porque conozco todos los rincones), abordo el autobús que me llevará a mi destino. Al tomar asiento decido escapar de la arriesgada realidad en la pantalla con un entretenido juego de cartas táctil (Solitario). Molesta por no ganar (Es que la mayoría de sucesos de mi viaje me dejaron frustrada) ¡¡¡CÓMO ES POSIBLE NO GANAR CUANDO SE COMPITE CON UNA MÁQUINA!! Más enojada que divertida, pasa una hora de paseo sobre rudas y los mareos surgen: ¿Yo mareada? ¿Yo con náuseas? ¡¡UNA BOLSA, POR FAVOR!! Lo que faltaba, por fortuna, me concentro en el deseo de poner los pies en mi tierra y las náuseas se van: falta poco para llegar, estaré a salvo, quiero llegar a mi cama.


Quinto: Después de recorrer la ciudad con tráfico, vendedores de dulces en los camiones y brazos cansados de cargar maletas ¡He llegado a casa! Pero… ¡¡EN MI MALETA VIAJÓ UNA CUCARACHA Y ESTÁ EN MI CASA!! Ella era tan imponente, con una grandeza fuera de lo normal, con sus antenas y alas que fue uno de los recuerdos que pude traerme de Cuernavaca (el único que se mueve). Mañana será otro día… ideal para acudir al dentista y encargarme de la cucaracha (primero uno, luego la otra). 



Recordemos que los hechos (o deshechos) fueron expuestos en orden cronológico, no de manera aleatoria ni de peor a mejor. ¿Usted en que cree que terminó todo esto? Deje sus deseos y suposiciones en los comentarios. 

Gracias por leerme, y un consejo: Siempre revise sus maletas.





HISTORIAS MUSICALIZADAS QUE SE NARRAN CON RITMO PARTE 1

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