jueves, 13 de enero de 2011

OPINIÓN: LOS PECES NO SON ANIMALES DE COMPAÑÍA


Por Elena Morado

@Elena6Morado

¿Me compras un pez? Cuántas veces hemos escuchado esta pregunta con un aire de ternura y curiosidad. Regularmente, la mayoría de los adultos cede y compra un animal que hace glú glú en una pequeña bolsa de plástico, pero ¿Los peces son anim
ales de compañía? ¿En verdad dependen de nosotros? ¿Se sienten bien dentro de una pecera? Y es que hace unos días, miré cómo la gente compra animales sin informarse. Normalmente se dejan llevar por la emoción, la moda o la exigencia de los niños y en caso de adquirir un pez, no reparan en su crecimiento, su delicadeza, su alimentación, su conducta, su reproducción, su mantenimiento y el presupuesto para intentar tenerlos en las mejores condiciones posibles, similares a las naturales ¿Sabía usted que hay especies de peces en peligro de extinción debido a su captura inmoderada debido a la demanda de los compradores? No sería justo que una especie desapareciera del océano sólo por pertenecer a un medio artificial de un coleccionista. 

a) Foto tomada de Google.

Lamentablemente se difunde la falsa creencia de que los peces pueden ser mascotas y por lo tanto, pueden pertenecernos si damos dinero por ellos. En ocasiones, anteponemos nuestros intereses y no los del animal: La pecera se verá linda en el cuarto del bebé (cuando probablemente el llanto del niño estrese a los peces), ver pescaditos me quitará un poco de estrés (si un animal sufre esclavizado en un cubo de agua ¿uno puede vivir en paz?); si el pequeño mata a un animalito, le compraré otro para que no esté triste (recordemos que la vida es única e irrepetible).

Los peces viven en ríos, lagos, mares y océanos condenarlos a vivir en una pecera es limitar sus capacidades naturales y producirles estrés y sufrimiento (por muy grande y decorada que esté la pecera), pues tan sólo pongámonos en el lugar de ellos. Imaginemos por un instante que todo en nuestra vida está en orden: comemos lo que nos gusta, somos independientes, gozamos de libertad y nuestros pasos llegan hasta donde queremos. Un día, alguien nos saca de nuestro hábitat, nos alimenta con ingredientes que no nos gustan, nos incluyen a un grupo de seres que no conocíamos y nos alejan del ambiente donde crecíamos y de nuestra familia. Y finalmente morimos en un sitio monótono y sin aventuras. Triste, ¿no?

Finalmente, lo invito a reflexionar sobre el porqué queremos un animal de compañía. Muchas veces deseamos uno porque nos sentimos solos y queremos dar amor. En verdad ¿un pez puede mostrarnos su alegría al vernos llegar a casa? ¿Podemos acariciarlo? ¿Podemos hablarle y percibir una respuesta emocional como la de un perro o gato? Si aún así, insistimos en adquirir un pez, recordemos que sólo estos se consiguen comprándolos y sólo las cosas tienen un precio; un animal no es un objeto, es un ser vivo que vivirá eternamente agradecido con nuestros cuidados.

**Te comparto un video de mi canal en YouTube sobre publicaciones que deberíamos considerar sin importar la edad que tengamos, pues la lectura puede sensibilizarnos. 

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