domingo, 26 de mayo de 2019

CRÓNICA: UN DÍA TRÁJIJIJICO


Por Elena Morado

@Elena6Morado

Mejor no hubiera salido de casa. Sin embargo, las ganas de sentirse sola por primera vez le ocasionaban insomnio debido a la ansiedad, pues ¿Qué hay de aterrador que una mujer viaje sola? No iría tan lejos.

Desde hace 3 días las maletas estaban hechas, bien cerradas y puestas en la entrada de la casa. La reservación del hotel confirmada hace una semana y el itinerario muy bien elaborado: sitios para bailar, beber y charlar con hombres atractivos ¡¡Un viaje de locura!!  Sin embargo, no estaba dentro de sus planes las siguientes anécdotas, de las cuales, afortunadamente, sobrevivió.

Primero: Rumbo a su destino turístico, nuestra protagonista recibe una llamada telefónica del hotel:
Voz telefónica: - Señorita, no podrá alojarse los 3 días; sólo 2. Ya que no tendremos agua, pero con gusto podremos recomendarle otro hotel.

Víctima: -Está bien. Gracias por avisarme. Nos vemos en un par de horas.

La víctima llega a las 6 al hotel. Toca la puerta, pero no abren; llama por teléfono, y no obtiene respuesta. Pasan cerca de 15 minutos y, afortunadamente, la responsable del hotel la miró desde la cámara de seguridad y se percató de que era un huésped. Un caso de suerte, antes que de anocheciera en un sitio desconocido.



Segundo: La mujer, víctima de la desdicha, sale en plena oscuridad en búsqueda de alimentos para cenar y, al día siguiente desayunar. Camina con precaución al cruzar la calle, pues los autos son rápidos y las calles oscuras. Se siente a salvo al cruzar y llegar a la banqueta, pero hay una cadena que ella no ha visto y con la cual tropieza. Fue una caída en la que, la víctima, sólo pensó: ¡Ya viene el dolor! (Mientras veía que su rostro se iba a la desdicha). ¿El resultado? Una fractura dental, sangre en mejillas, boca y rodillas. Además, de una hinchazón que simulaba la introducción de colágeno con jeringa.

Tercero: Ella, muy crédula, pensó que de vuelta al hotel estaría segura porque bastaría con limpiarse la herida y respirar profundo para empezar un nuevo día (¡Qué optimista!). Alguien la incomodaría hasta provocarle insomnio y unas ganas tremendas de gritar a los 4 vientos ¡¡¡SOCORRO!!! Resulta, al momento de ser despedida del hotel, se muda en una segunda opción en donde las cucarachas grandes y ruidosas eran las huéspedes con más antigüedad y con mayores privilegios porque estaban en la cama, lavabo, entre las sábanas y almohadas ¡SIN PAGAR!

Cuarto: Creo que no era mi día: Un día antes de partir de Cuernavaca, al despertar y creer que un nuevo día trae nuevos momentos (¡A empezar de cero!) levanto la cabeza y hay un día soleado con una brisa satisfactoria, me siento tan liviana que dejo caer mi cuerpo como señal de despreocupación y ¡PUM! La cabecera es de piedra ¡Recibí tremendo golpe! Parecía lobo aullando (y no precisamente a la luna); sino a las estrellas bailarinas alrededor de mí por el tremendo porrazo. Ansiosa de llegar a mi casa (esa no me tratará mal o, al menos, tendré menos probabilidad de herirme porque conozco todos los rincones), abordo el autobús que me llevará a mi destino. Al tomar asiento decido escapar de la arriesgada realidad en la pantalla con un entretenido juego de cartas táctil (Solitario). Molesta por no ganar (Es que la mayoría de sucesos de mi viaje me dejaron frustrada) ¡¡¡CÓMO ES POSIBLE NO GANAR CUANDO SE COMPITE CON UNA MÁQUINA!! Más enojada que divertida, pasa una hora de paseo sobre rudas y los mareos surgen: ¿Yo mareada? ¿Yo con náuseas? ¡¡UNA BOLSA, POR FAVOR!! Lo que faltaba, por fortuna, me concentro en el deseo de poner los pies en mi tierra y las náuseas se van: falta poco para llegar, estaré a salvo, quiero llegar a mi cama.


Quinto: Después de recorrer la ciudad con tráfico, vendedores de dulces en los camiones y brazos cansados de cargar maletas ¡He llegado a casa! Pero… ¡¡EN MI MALETA VIAJÓ UNA CUCARACHA Y ESTÁ EN MI CASA!! Ella era tan imponente, con una grandeza fuera de lo normal, con sus antenas y alas que fue uno de los recuerdos que pude traerme de Cuernavaca (el único que se mueve). Mañana será otro día… ideal para acudir al dentista y encargarme de la cucaracha (primero uno, luego la otra). 



Recordemos que los hechos (o deshechos) fueron expuestos en orden cronológico, no de manera aleatoria ni de peor a mejor. ¿Usted en que cree que terminó todo esto? Deje sus deseos y suposiciones en los comentarios. 

Gracias por leerme, y un consejo: Siempre revise sus maletas.





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