Hace unas semanas mis
compañeros docentes y yo recibimos la siguiente indicación: A partir de ahora, no pueden decirles a los
estudiantes que el resultado de sus tareas está mal (aunque lo esté). Tampoco deben decir la palabra “errores”, lo
mejor es hablar de áreas de oportunidad. Obviamente, como en todos los años,
seguiremos trabajando con tinta verde. Mucho cuidado con las correcciones.
Y es que estas situaciones en
las que los profesores estamos siendo obligados a dejar de ser profesores
estando en un aula y con estudiantes a nuestro cargo es cada vez más frecuente tanto
que ejemplos como el anterior se repiten una y otra vez a escala mundial.
Por ello, te comparto algunas
restricciones y obligatoriedades a las que estamos sujetos el personal docente,
sobre todo en algunas escuelas privadas del Estado de México. El panorama es
confuso, pero maestros de diversas entidades así lo comparten:
1)
No pueden decirle “no” a un estudiante, pero es vital que procures la mejora en la
calidad de sus trabajos. Fácil: Si el alumno no aprende, es porque el
profesor no es bueno.
2)
El estudiante debe seguir el reglamento del aula
escolar, pero si tiene hambre puede comer de lunes a viernes (aunque el salón
huela a tacos y pizza). Si el alumno tira basura en el salón, ya los de
intendencia se ocuparán o hasta el docente, pues ¿Cómo es posible que los
maestros no pongan límites? Si para eso
se les paga.
3)
Como docente, no te enganches,
pero algunos alumnos de forma reiterada insultan y agreden a sus profesores hasta intimidarlos. Y cuidado si, como
maestr@, alzas la voz para denotar seriedad y orden ¡No los maltrates!
1) Imagen tomada de Google.
4)
No
tienen control de grupo. Una frase intimidante y amenazadora
porque siempre que ocurre un acto de indisciplina, el empleo, credibilidad e
inteligencia del docente está en duda. Hay experiencias en las que los alumnos
se ponen de acuerdo para unirse y tener el poder de despedir a su titular ¡Lo
han logrado!
5) Sucedió
que en plena contingencia por COVID 19, las familias fueron apoyadas por el
colegio en la reducción del pago de colegiaturas, pero el docente no recibió un
aviso previo de que las consecuencias
irían sobre su sueldo.
6)
El docente, nuevamente en plena contingencia
por COVID 19, trabaja a distancia con reducción de sueldo, pero algunas
familias le exigen que debe hacer clases en línea. No, lectores, no es
suficiente la planeación, retroalimentación y revisión de actividades a
distancia. Además, es obligatorio que el
docente ponga su computadora, programas, habilidades y energía eléctrica
para desempeñar sus actividades.
7)
Los
profesores pueden ser humillados y amenazados en clase, a la
vista de todos, por alumnos y familias, pero éstos deben mantener el orden y
procurar el bienestar del que lo agrede. El resto de los estudiantes sólo
observa la penosa situación.
8) Muchos
estudiantes no desean ir al colegio y hacen todo por no aprender, pero sus
calificaciones no pueden estresarlo o preocuparlo. Las autoridades escolares sugieren
a los docentes que los aprueben con 7 u 8 porque el papeleo es interminable y,
además, los padres se quejarán.
9)
Los
docentes deben mantener silencio ante la falta de justicia por los
abusos hacia sus persona y trabajo ya que pueden ser acusados de falta de vocación
y amor a sus aprendices.
10) Confía
en tus estudiantes, pero no los dejes ni un minuto solos. Esa es la amenaza
constante a la labor docente porque las situaciones reales que pueden
producirse son: Alumnos que tienen relaciones sexuales en el escritorio, chicos
que intentan suicidarse o golpes e insultos entre aprendices. El docente además de calificar y observarlo
todo, debe adelantarse a los pensamientos y acciones que, si surgen, podrían
meterlo en problemas.
11) Los maestros y maestras no pueden estar
sentados ni un segundo. En todo momento deben mantenerse de pie y observar
la actitud, lenguaje, trabajos y pláticas de sus aprendices (en cuanto se
pueda, serán obligado a leer hasta sus pensamientos).
12)
El docente debe poner de su sueldo la compra de
lápices, por ejemplo, de la Cruz Roja Mexicana (si no los compran los
estudiantes, alguien debe hacerlo). Además de que, en algunos colegios
particulares, deben adquirir un obsequio
para cada alumno. Obviamente, del bolsillo del maestro, si no ¿Acaso no
tiene vocación?
13) Los
docentes están para motivar a sus alumnos, aunque su salario sea precario, sufran
maltrato por sus jefes y tengan exceso de trabajo. Si no, cliché a la vista: No tienen vocación.
14) Los
docentes novatos se enfrentan a otra realidad: Si las calificaciones no
coindicen con periodos de evaluación anteriores, ellos estarán mal porque ponen
en riesgo la credibilidad e historial de éxito del colegio particular. No se arriesguen, maestr@s.
15) Si el
estudiante pierde colores, chamarras o envases de comida; el docente deberá
hallarlos (no buscarlos) ¡¡Tienen que aparecer!! Mientras el responsable de la
pérdida juega, llora y se mete en más problemas; el docente tiene que arreglárselas para resolver el problema.
16) Cualquier abuso que padezca el docente de colegio particular, no tiene instancia alguna que lo defienda; más que la PROFECO (Procuraduría Federal del Consumidor). El mismo Secretarío de Educación, Esteban Moctezuma, lo ha referido así. Entonces, la educación es un producto para satisfacer al cliente. Si la SEP (Secretaría de Educación Pública) está pendiente de la evaluación de profesores, experiencia y manejo de contenidos ¿Por qué no se ocupa también de su situación laboral?
La lista es larga y en mi opinión, el fracaso de la educación y la sana convivencia no se resolverá si se sigue poniendo al centro y en un pedestal a un niño, niña o joven mientras que los demás se concentran en abastecer sus caprichos (no necesidades). Lo ideal, sería que todos los que conformamos la comunidad escolar fuéramos el entrenamiento de una pequeña sociedad para mejorar la que, tarde o temprano, normarán nuestros estudiantes. El sistema escolar se parece cada vez más a un organigrama empresarial: unos son más importantes que otros.
Debo subrayar que los docentes
no estamos en contra de nuestros estudiantes, pues los queremos y nos importan.
No detestamos nuestra profesión ni nuestras responsabilidades, simplemente, con
este escrito pretendo invitar a la sociedad, a las autoridades escolares y
gubernamentales a replantear la educación en México: Por qué si la manera
actual de enseñar no nos ha funcionado ¿Por qué no modificarla? He visto
escolares que lloran porque su padre los golpea si no obtienen un 10. Lo
suplican.
Si estás pensando en ser
docente, espero no arruinarte la ilusión; pero el panorama es complejo e
incomprensible. Y alguien tenía que decir algo al respecto ante este cúmulo de
polvo que se ha mantenido oculto debajo de un tapete viejo.
*Te comparto un artículo sobre las repercusiones en el aula escolar de Uruguay.
No hay comentarios:
Publicar un comentario