Por Elena Morado
@Elena6Morado
Mira cómo la observa sin
detenimiento. Le da todo. Ella lo tiene a sus pies, ya que siempre llega puntual
a lo que parece ser una cita, pues siempre es en la misma hora y lugar. Cuando
se encuentran, no hay quien los separe. Pueden pasar horas y horas de
entretenimiento y desprenderse de la realidad. Es una escena muy conmovedora:
Él lee cree absolutamente todo. Si un día ella faltara ¿Qué sería de él?
Seguramente se aburriría y la extrañaría.
Él es un hombre con un cuerpo
grande y obeso, al que le gusta la comodidad, la rutina y las noches de soledad
si se trata de estar con ella. Le da tanto placer, las pupilas se le dilatan y
se emociona en las partes más intensas con gritos y saltos. Quizá esta relación
sea perfecta porque hay 2 sujetos: activo y pasivo.
Es una relación predecible, de
apego y llena de emociones. Ella lo ha visto llorar, enfurecerse, desvelarse,
desayunar, maldecir y hasta masturbarse. Ella sabe todo de él que si tan sólo
estuviera viva pondría en peligro la intimidad y secretos más ocultos de
Roberto, el vecino más reservado del edificio.
Ella es atractiva, sobre todo en
las noches, porque ilumina la habitación de Roberto con luces e imágenes. En
ella desfilan famosas con vestidos muy costosos, los rostros varoniles más
bellos y también sucesos despreciables como detenciones de ladrones y películas
en las que la sangre es la protagonista. También aparece la flexibilidad de los
bailarines, los debates políticos más controvertidos y las óperas más
exitosas; pero a Roberto eso no le interesa. En ella puedes ver todo y tener
nada.
En esta noche yo observo a
Roberto ver su maldita televisión. Me gusta mirarlo con detenimiento desde mi
ventana. Ya conozco sus programas y canales favoritos. Hace una semana, tuve la
loca idea de saludarlo y llevarlo conmigo a la cama de mi apartamento, pero me
da tanta vergüenza que prefiero espiarlo mientras me entretengo con mi celular.
FIN
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