Por Elena Morado
@Elena6Morado
Son incontables las veces que he oído, por expertos e
inexpertos en el tema de desarrollo infantil, la falsa idea acerca de que los
infantes deben tener animales de compañía a su cargo para que sean
responsables. Y lo admito: Me enfurece la difusión y aceptación de dicha
falacia.
https://www.facebook.com/AztecaNoticias/videos/319143085693842/UzpfSTE2MjQ3NDQ5OTQ6MTAyMTc1MzIwNzU4NDY4MjM/?comment_id=10217535791979724¬if_id=1562421713621276¬if_t=feedback_reaction_generic
Rizolli asevera:
1) “2 grandes problemas que tenemos hoy con los niños son: 1) El que sean
responsables de sí mismos; la otra es que entiendan cuál es su rol y su papel,
y entiendan que hay alguien más aparte de ellos (en especial si son hijos
únicos). Para ello puede ser una gran idea tener mascotas”.
Para integrar un animalito debemos pasar por un proceso, una
reflexión para ser honestos con nosotros. Son pasos, no decisiones impulsivas
como: Hoy me desperté con ganas de darle a mi hijo un perro porque él no es
responsable. No termino de entender por qué le exigimos a los menores de edad
ser responsables, es más nos preocupamos si no llegan a asumir la
responsabilidad entera en su persona y, sinceramente, es preocupante porque no
la obtendremos: Las emociones, valores y hábitos están en desarrollo. Lo mismo
sucede con padres y madres de familia que se preocupan porque su hijo no es
juguetón o no es lo suficientemente alegre. Sucede que todo este cúmulo de aprendizajes
está en un proceso de exploración que el menor descubre, inventa y reinventa. Una
cosa es ayudar a los niños con los que convivimos a que desarrollen la
responsabilidad el hábito de tender su cama desde temprano ¿Cómo les ayudo?
Haciéndolo yo como adulto con mi cama porque los niños y niñas también aprenden
por imitación (habrá tropiezos porque la responsabilidad no la obtendrán en su
totalidad, sino que se definirá y trabajará por la paciencia y perseverancia
del adulto). Así que habría que
preguntarnos como familia: Si mi hijo aún no tiende su cama, no prepara sus
útiles escolares o no lo quiere hacer ¿Estoy listo para integrar un perro o
gato? Yo creo que no.
2)
“Con una mascota aprendo (refiriéndose a los niños) que no toda la
atención puede ser para mí y que tengo que tomar en cuenta cómo se siente (refiriéndose
a la mascota)”
Ahora, el especialista, hace hincapié en la importancia de
que los menores de edad reconozcan que no son únicos en su familia. Mal consejo señalar que esa es otra razón para
darles un animal de compañía ¿Por qué? Porque si queremos despertar en los
pequeños la consideración del otro, trabajemos la empatía y la solidaridad
¿Cómo? Vayamos de fin de semana a un albergue canino en donde se refugia a
animales que sufrieron maltrato y abandono, y será una excelente oportunidad para
sensibilizar a la familia ayudando a quien lo necesita. Me parece más atinado
porque no cargamos con una responsabilidad de más de 10 años, sino que
trabajamos el hábito de, al menos una vez al mes, de limpiar los pisos de una
habitación que no es mía, donar alimento, bañar a otro, caminar y regalar
tiempo. Es una buena manera para experimentar (sin probar con el animalito en
sí) si todos los de mi familia somos responsables y podemos asumir dicha
costumbre.
3) “Las mascotas no son juguetes; es decir no lo voy a poner para que el
niño o la niña haga lo que quiera con ellas”.
Me pareció muy desatinado que una entrevista de, no más de 10
minutos, abarquen un tema tan delicado. Es una forma irresponsable de hacerlo
porque, estoy segura que Rizolli no tuvo la intención de quedarnos con la idea
de dar animales a diestra y siniestra cuando un niño te lo pide; sin embargo,
sus aclaraciones se vuelven confusas y desinformadas. Lo ideal hubiera sido
invitar también a un rescatista de animales domésticos o a un etólogo para que
abundara en las responsabilidades que la familia asume si desean integrar a un
perro o gato porque, en definitiva, la primera pregunta que hace un rescatista
a una familia interesada en adoptar es ¿Todos los integrantes están de acuerdo?
Si es negativa, no son aptos para adoptar ¿Por qué? Porque los animales son
seres vivos, no cosas ni regalos; así que TODOS deben asumir la responsabilidad
de cuidarlo, protegerlo, sanarlo, aunque haya peleas, separaciones, divorcios o
malos entendidos que afecten a la familia para no quedar en desamparo.
El conductor, Jorge Zarza, cuestiona ¿Cuál es la ideal según los médicos?
¿Médicos recomendando razas de animales para acompañar a los
niños? ¿Y los etólogos y los protectores y rescatistas de animales qué opinan? Ya
es bien sabido que las razas de animales se definen por energías (tomando en
cuenta también a los callejeros). Me pareció acertado que la conductora Vaitiare
Mateos interviniera y hablará de la adopción en lugar de la compra, sino lo
hubiera hecho, creo que hubiera sido un dato olvidado; ya que se hablaba mucho
de “dar” (así como se dan las cosas).
Percibí que el especialista se hallaba nervioso e incapaz de
contestar a las preguntas, a mi parecer no dominaba el tema. No lo culpo, pero
es que hablar de temas que implican animales para acompañar a los niños como
una forma de hacerlos responsables no es su ámbito. Rizolli tartamudea, sus
movimientos en manos son torpes y su habla tropieza una y otra vez. Puedo
asegurar que no estaba preparado para las dudas que se hicieron en el estudio.
4) Digamos: “El pez beta fallece en la noche, al otro día le dices: ¡Ah, no
está! Le estamos cambiando el agua. Consigues uno similar y se lo pones: ¡Ay,
está más grande o se encogió! El objetivo es que el niño sienta que hay algo
ahí, y no añada una pérdida adicional”.
Uno de los errores más comunes que he escuchado y es llevado
a cabo por los adultos: Mentir. Y es que menospreciamos la inteligencia del
otro ¿Por qué no confiamos en los niños y niñas? ¿Por qué tememos hablarles con
la verdad? ¿Por qué creemos que no son capaces de hablar y aceptar que todos
morimos? Si seguimos ocultándolo, la importancia y cuidado de la vida seguirá
en el olvido. Centenas de casos protagonizan la muerte de animales por
descuidos, accidentes y por voluntad de los humanos (menores de edad y adultos
que torturan y matan animales por diversión y placer).
Queremos que los niños y niñas sean responsables, pero los
adultos no los somos al no responsabilizarnos de iniciar una plática sobre el
deceso, y al no informarnos sobre el tema de la muerte (habiendo montones de
títulos literarios para infantes sobre el tema). Lo propio sería, si el tema
nos incomoda o nos sentimos in y hemos pasado por un hecho desafortunado de
esta índole, recurramos a terapia familia ¿Por qué obligamos y
responsabilizamos a los animales a resolver duelos internos, propios de los
humanos?
5)
“Los peces pueden ser una buena idea
para los niños a partir de los 4 años en adelante para estarlos viendo, las
burbujas relajan”
¿En serio? Es terrible estar a favor de secuestrar animales
para encerrarlos en un sitio que nada se asemeja a su hábitat natural sólo por
el mero capricho de beneficiarnos con su estrés y agonía por no estar con los
suyos ¿Será posible relajarnos viendo a otro pasar el resto de su “vida” atrapado
en una pecera sin poder escapar? A menos que ignoremos que estos animales son
infelices y viven menos años al apropiarnos de ellos como “mascotas”, entonces
sí podremos relajarnos. Hay una contradicción tremenda cuando el especialista
Rizolli habla de mostrar a los infantes que los animales comparten las mismas
necesidades de atención ¿La única forma de evidenciarlo es capturar a alguien
que quería seguir viviendo en el mar y recorriéndolo a distancias
inimaginables? Es absurdo.
Si queremos verdaderos momentos de relajación para nuestr@s
hij@s, hay muchas otras formas más saludables, certeras y, desde luego que no
implican maltrato a los animales. Por ejemplo: Sesiones de 10 minutos de
lectura en voz alta de cuentos de relajación para niños, niñas y adolescentes;
tejer, colorear un mandala, observar por la ventana mientras se toma una bebida
(recomendable un té), escuchar música de relajación, meditar sobre un zafu y
hasta conversar sobre nuestras dudas existenciales.
6)
“Cuando ya un niño camina, come y
habla” ya puede hacerse cargo de una mascota para ampliar responsabilidades. Yo
lo hago, pero tú lo haces conmigo".
Reitero: Como adulto tengo que ser muy honesto y capaz de
saber que el perro o gato que yo decida hacer parte de mi familia, los adultos
seremos los responsables de su bienestar porque la mayoría de veces, sobre todo
para un infante tan pequeño, se negará a hacerse cargo del animal, y éste no
puede quedarse sin comer, sin pasear, sin atención veterinaria, sin ser bañado
¿Quién lo hará? Los adultos de la familia. Si no estamos convencidos de tomar
la responsabilidad completamente (aceptando que el infante será un apoyo),
mejor optemos por procrastinar la decisión de adoptar un perro o gato porque no
podemos experimentar con una vida; ya que en muchos casos, dichos animales
terminan en la calle o hasta en las perreras (llevamos por sus familias) aún
sabiendo que los sacrificarán con una muerte lenta y dolorosa.
2) “Tener una mascota, para adolescentes, es una buena motivación para salir
a caminar, salir a pasear y no estás pegado a la tecnología”.
No debemos olvidar que los infantes necesitan ser atendidos y
si queremos que olvide por un momento la tecnología (me refiero al uso del
celular), lo ideal es ofrecerle algo más atractivo, bello y trascendente (no la
obligación de cuidar a otro ser vivo). La mayoría de las veces, decidimos
soluciones rápidas en las que la responsabilidad no recae en nosotr@s porque
ello implica estudiar, ensayar, equivocarnos y frustrarnos (y esto me gusta
porque los incomodados seremos nosotr@s, no un tercero). Así que la mejor forma
de contagiar conocimiento, valores y hábitos con niños y niñas es interactuar
con ellos; si les damos un animal de compañía el contacto con los adultos
seguirá siendo escaso.
¿Y qué hubo de bueno para los
animales en la entrevista?
Muchas aseveraciones, pero lamentablemente poco justificadas
e informadas. El especialista también reafirmó la importancia de la de adopción
de animales que buscan una segunda oportunidad. Añadió que los animales tienen
instintos y que no atacan por maldad, sino para defenderse (sobre todo cuando
reciben muchos e insistentes estímulos que lo hartarán y responderá con
agresividad). Recomendó: Si tu hijo quiere y respeta a los demás, el tener un
perro es una buena decisión.
Además, señaló que si deseamos un integrante más en nuestro
hogar hay que preguntarnos ¿Por qué lo queremos? ¿Qué necesitamos que nos hace
desear un perro o gato? También, vagamente, declaró que los adultos
supervisarán que los menores de edad hagan lo que les toca como: recoger las
heces, limpiar la zona del animal, pasearlo o bañarlo. Yo añado: Prepárate
cuando el niño o niño no lo quiera hacer, se le olvidé o no pueda ¡Tú lo
tendrás que hacer!
Mis conclusiones
No estoy en contra de que tengas un animal de compañía, de
hecho, a los animales les beneficia que sean adoptados porque se vaciará un
lugar en un albergue, no habrá un animalito más sufriendo en la calle el
abandono o maltrato y tendrá un techo y familia. Lo que hay que destacar es la
idea errónea de obligar a los infantes a responsabilizarse de otro ser vivo que
necesita la misma atención, cariño y cuidado que él. Simplemente, empecemos por
asumir nosotr@s la responsabilidad de lo que decimos y hacemos. Me preocupa
mucho que Rizolli esté manifestando estas 7 aseveraciones que enumeré en su
consultorio con sus clientes. Ojalá se tome el tiempo (del cual no dispuso en
el noticiario) para informar a grandes rasgos sobre las ventajas y desventajas
de integrar animales de compañía. Yo lo invitaría a sólo considerar perros y
gatos; el resto de animales debe disfrutar de su libertad.
¿Por qué me tomo tan en serio este tema? Porque, la mayoría, desconocemos cómo viven los animales y cómo los condenamos a vidas tristes y solitarias. Te invito a revisar
la siguiente nota informativa porque los animales callejeros no pertenecen ni
aparecieron en las calles o albergues por arte de magia (si bien les va, algunos
están en albergues donde la capacidad de refugiados se ve sobrepasada). Están
ahí por dueños irresponsables e insensibles que decidieron abandonarlos porque
dejaron de ser cachorros, porque mordieron o hicieron travesuras, y porque consintieron a niños pequeños (habrá que
reflexionar: Si mi hij@ quiere un perro o gato ¿Qué busca o quiere realmente?
¿Quiere cuidar a alguien o quiere atención y por eso insistente con obtener un
animal?). No dudo en que los menores de edad sean hábiles para amar y cuidar a
otro, pero su responsabilidad está en desarrollo y no lo obtendrán con una vida
delicada y tan exigente como un animal de compañía.
Por eso
debemos tomarnos muy, muy en serio tener otra vida a la cual cuidar por mucho
tiempo.
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